Tuesday, October 31, 2017

La Santa Cena - ¿Qué tan frecuentemente tomarla? y ¿Sigue siendo un requisito para los cristianos?


Queridos amigos y lectores,
Hemos pasado los Grandes Días Santos de este año así que quise escribir un artículo esta semana que debe ser de gran importancia para los corazones de los cristianos en todo el mundo. El tema es sobre la Santa Cena también llamada la Cena del Señor. En denominaciones más grandes y fervientes a esta práctica también se le conoce como “Eucaristía”.
Como pastor, me gustaba usar el pasaje en 1 Corintios 11:23-26 cuando servía la Santa Cena en mi congregación. Mateo 26:26-28 es una versión abreviada de esta ceremonia, así como lo es Lucas 22:19-20. Ahora me encuentro jubilado y escribo a tiempo completo pero por varios años serví la Santa Cena cada semana como parte de nuestro tiempo de servicio regular. Algunas personas pueden pensar que esto es exagerado pero tenía mi propósito el cual relataré mientras avanzamos con el tema. Cuando recibíamos nuevos miembros en nuestra iglesia que habían asistido a otras congregaciones, invariablemente me comentaban “Anteriormente acostumbrábamos tomar la Santa Cena una vez al mes o una vez al año. ¿Por qué lo hacen ustedes tan frecuentemente?


Antes de responder esto permítanme dar una explicación. Lo que conocemos como la SANTA CENA fue llevada a cabo por el Señor Jesucristo con sus discípulos justo antes de su muerte voluntaria en la cruz de calvario. No era simplemente una “última cena” como se representa por diversos pintores y escultores en famosas piezas de arte. En realidad, el Señor estaba presidiendo la fiesta de la PASCUA (Séder de Pésaj) que conmemora la historia del éxodo donde se narran los acontecimientos de Moisés sacando al pueblo israelita cautivo de la esclavitud del faraón en Egipto. Esta “última cena” de hecho fue celebrada por los judíos unos 1,500 años antes de la muerte expiatoria de Cristo, lo cual significa que para este tiempo de hoy en día se ha celebrado por más de 3,500 años. Tomar los alimentos en sí puede durar al menos 3 horas para completarse con mucha ceremonia y recuento de los terribles acontecimientos que se llevaron a cabo incluyendo las diversas plagas que cayeron sobre el faraón y su pueblo al rechazar el mandato de Dios a través de Moisés de liberar al pueblo de Dios.
Para una asombrosa lectura por favor dirígete hacia la historia del éxodo en tu Biblia, Éxodo capítulos 1-15.
Ahora, en cuanto a la pregunta “¿por qué tan frecuentemente?”, también se me ha preguntado “¿no deberíamos celebrar la Santa Cena solamente durante la Pascua?” Eso me dio la oportunidad de explicar y trazar líneas muy exactas entre el acontecimiento conocido como PASCUA y lo que es realmente el mensaje de la Santa Cena. Si no fuera por la muerte y resurrección de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo, el cristianismo no sería sino una religión vacía más. ¿Cómo puedo decir esto? Fácilmente porque lo que separa el cristianismo de cualquier otro sistema de creencias en el mundo son dos cualidades muy marcadas. 1) Ser cristiano no es ser religioso (definición de religión: Un sistema de creencias o adoración, a menudo incluyendo un código de ética). Ser un cristiano es simplemente reconocer y aceptar que Jesucristo es Señor y ha resucitado de los muertos. Esto, junto con el arrepentimiento sincero. En otras palabras, muchas “religiones” se han convertido en revoltijos legalistas que requieren obras específicas de sus seguidores para adquirir la salvación, mientras que el cristianismo verdadero únicamente se basa en las obras completadas por Jesús mismo en la cruz del calvario y es dependiente únicamente de nuestra relación personal con Él.


2) La salvación es un regalo gratis de Dios basada en la gracia extendida a cualquier hombre o mujer que ha nacido que simplemente acepta al Señor Jesucristo como su Señor. Sin la resurrección del Señor y su promesa para hacer lo mismo para todos aquellos que lo siguen, el cristianismo no tendría ningún poder sobre la muerte o la promesa de vida eterna en los cielos con un Dios recto.
Entonces, mi explicación para los que preguntan por qué sirvo la Santa Cena cada semana, en 1 Corintios capítulo 11, versículo 26, la ceremonia de la Santa Cena termina con esta declaración, “Así pues, todas la veces que comiereis este pan y bebiereis esta copa, LA MUERTE DEL SEÑOR ANUNCIÁIS HASTA QUE ÉL VENGA.” El proclamar ese hecho así como cumplir la gran comisión es, a como lo veo, el deber número uno de todos los creyentes en el mundo, además de obedecer a todo lo que Jesús ha dicho.
Como pastor, quiero que mi congregación (sin mencionarme a mí mismo) guarde la historia de la Pascua y la muerte expiatoria y resurrección de Jesús literalmente ante sus ojos en todo tiempo, no solamente en ocasiones o una vez al año. La preparación para el servicio de la Santa Cena es un tiempo muy especial de reflexión profunda del corazón. Es un tiempo cuando nosotros como individuos podemos hacernos una pregunta increíblemente importante de manera privada, ¿Cómo estoy? ¿Mi caminar con el Señor está alcanzando sus expectativas? Si no es así, ¿necesito arrepentirme de algo que está sucediendo en mi vida? La Santa Cena es un momento perfecto para considerar todo esto.


Ahora, quiero aclarar algo. El servir la Santa Cena cada semana es algo que yo decido hacer, no es algo que se ordena en la Biblia. Si tú asistes a una iglesia que sirve la Santa Cena menos frecuentemente eso no quiere decir que está mal o que tu pastor no está viviendo bajo las normas bíblicas. Simplemente estoy explicando cómo hacía yo las cosas y no significa que mi manera es mejor que la de otros pastores. Una iglesia normalmente es un reflejo de lo que se enseña desde el púlpito. Hay diferentes pastores que tienen diferentes llamados y prioridades, así de sencillo. Entonces ¿por qué escribí este artículo? Porque para algunos, la ceremonia de la Santa Comunión se ha convertido en sólo eso. Una ceremonia como cualquier otro evento que podemos encontrar dentro de una iglesia cristiana normal. Sin embargo, la Santa Cena es mucho más que una simple ceremonia y debe ser vista con anticipación y sincera reflexión por parte de todos los involucrados.
Es interesante notar que un maestro/teólogo de la Biblia muy famoso, John Wesley (1703-1791, mencionado en la edición original del libro de mártires de Fox) personalmente recibía la Santa Cena cada 4 o 5 días a lo largo de su carrera. Parte de su testimonio es que él se percató de que esta ceremonia de la cena del Señor era mucho más que una ceremonia. Era algo que proveía renovación espiritual y comunión verdadera con el Señor. En otras palabras, cuando se realiza de manera apropiada el recordar lo que hizo el Señor por nosotros es una forma de comunicación personal con Él.


Hay, en mi opinión, al menos tres aspectos en el que tomar la Santa Cena es significativo para los cristianos hoy. Primeramente, por favor recuerden que el tomar la Santa Cena es un mapa con un trayecto que se relaciona al presenta, al pasado y al futuro.
1) El servicio de la Santa Cena es un tiempo para recordar el pasado porque Jesús dijo en sus declaraciones en 1 Corintios “haced esto en memoria de mí”. En mi opinión, no se refería a afligirse por el sufrimiento de Cristo en la cruz (aunque esto ciertamente es importante) sino a recordar la fantástica vida y ministerio de nuestro Salvador para la humanidad. Qué gran recordatorio el que Jesús dio su vida voluntariamente por su amor para nosotros - ¡no hay otra razón! Es un tiempo para expresar nuestra adoración y agradecimiento a un nivel más profundo por todo lo que el Señor ha ESCOGIDO hacer por nosotros. La comida de la pascua proclama la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud a manos del faraón malvado (Éxodo 12:26-27). Asimismo, la sangre de un cordero sin mancha que las familias hebreas untaron sobre los pilares y dinteles puertas salvó al pueblo de la muerte. De la misma manera (ahora en el presente) durante el servicio de Santa Cena, los cristianos proclaman su liberación del pecado y tormento eterno a través de la sangre derramada del verdadero cordero de Dios, Jesucristo quien es el Mesías de Israel. En otras palabras, CRISTO ES NUESTRA PASCUA (1 Corintios 5:7-8 y 11:26).


2) La Cena del Señor es un tiempo de renovación y comunión literal con el Señor mismo. Cuando elegimos (así como Él eligió) participar en los beneficios de la muerte y resurrección de Jesús hacia vida eterna (Romanos 5:10-11 y 1 Corintios 10:16 – futuro), somos nutridos y fortalecidos directamente por el Cristo resucitado a través del Espíritu Santo quien mora dentro de nosotros. ¿Podría Dios fortalecernos nuevamente sin que participemos en este ritual? Sí, pero ese es el punto. La Santa Cena no es sólo un ritual. Es un tiempo en el que Dios provee oportunidad adecuada para que nosotros, como creyentes, tengamos comunión con Él. En esos momentos de comunión nuestras mentes no están en ningún lugar sino en Dios. La distracción mundana se queda fuera. Esta es otra manera en la que Dios nos da la oportunidad de tener comunión con Él de la misma manera que la oración nos da oportunidad de hablar directamente con Él y el escuchar y leer las escrituras nos da la oportunidad de escuchar directamente de Él. De hecho, es importante darnos cuenta del beneficio fenomenal que se lleva a cabo al escuchar la palabra de Dios. Romanos 10:17, “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” ¿Quieres más fe en tu vida? Lee y escucha más de la palabra de Dios.
3) El servicio de la Santa Cena es un tiempo especial apartado para comprometer nuestras vidas nuevamente a nuestro Rey. Asimismo para refrescar nuestra memoria en cuanto a la anticipación de la vida eterna que Cristo proveyó con su muerte expiatoria voluntaria y atroz sufrimiento. Esta expiación por su sangre derramada elimina la necesidad de que el creyente derrame su propia sangre (o la sangre de animales como era practicado en el templo judío) para expiar sus pecados personales. 1 Corintios 11:28-29 nos dice “Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. Porque el que come y beba indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.” ¿Qué sería “sin discernir”? En primer lugar, sería pensar que la Santa Cena es simplemente otra versión de una larga doctrina de servicio en la iglesia – una ceremonia vacía más. La Santa Cena es 100% sobre el Señor y lo que hizo por nosotros. No se trata de nosotros excepto en el hecho de que recordamos lo que ha hecho por nosotros y nuestro compromiso con Él cada vez que participamos.


Aquí me gustaría compartir una pequeña historia de mi vida personal. Durante uno de nuestros viajes a Israel compré una “corona de espinas”. Es un objeto brutal. Está hecho de un material muy duro parecido a una enredadera con grandes espinas afiladas de 2 o 3 centímetros. Se encuentra en mi oficina como recordatorio del horror de la muerte de Jesús quien voluntariamente accedió por mis pecados. Hace unos días cuando empezaba a escribir este artículo, estaba buscando algo en mi oficina que se había caído atrás de uno de los sillones. En el proceso de buscar detrás del sillón, choqué con la repisa donde colgaba la corona de espinas. Cayó directamente sobre mi cabeza (y no pienso que haya sido una señal de Dios, sino un ejemplo de mi torpeza). No puedo decirles cuánto dolió eso y eso que sólo hizo contacto con mi cabeza algunos segundos. Tuve que hacer una pausa para pensar en el dolor que nuestro Salvador sufrió por nosotros.
El servicio de la Santa Cena es una reflexión sobre nuestras vidas la cual puede y debe llevar al arrepentimiento cuando sea necesario. Por supuesto, solamente el creyente y el Señor conocen los secretos de la mente y corazón de una persona. Algunas veces me han preguntado “¿Cómo sé si debo tomar la Santa Cena?” La respuesta es simple. Si eres un cristiano arrepentido entonces sí, debes tomarla. Si en tu vida hay pecado contumaz, entonces sugiero que tengas una plática seria con el Señor y arregles ese asunto. Una vez hecho esto puedes seguir adelante y tomar la Santa Cena.
Aunque he intentado no encuentro en la Biblia un lugar donde le da el derecho a una persona a “destruir la casa de otro hombre”. Con esto, simplemente quiero decir que como pastor no acostumbro atacar a otros pastores que no están de acuerdo conmigo con cada pequeño detalle de la escritura ni atacar otras denominaciones que no están de acuerdo con mi punto de vista bíblico. Me apego a mi rebaño y me aseguro de que no están aceptando ninguna falsa doctrina y hago esto afirmándoles que cada palabra de la Biblia es correcta y verdadera.


Debido a que estamos discutiendo el acto de tomar la Santa Cena, siento que es necesario informar que hay una gran falsa doctrina en un par de nuestras denominaciones más grandes. La doctrina de la TRANSUBSTANCIACIÓN. La definición de la Real Academia Española es “transformar una sustancia en otra”. En este caso en particular, la transubstanciación quiere decir que el pan o la hostia que se consume en la Santa Cena de hecho se convierten en el cuerpo físico de Cristo. Así mismo el vino o el jugo de uva que se sirve durante la Santa Cena se transforman físicamente a la sangre de Cristo cuando es consumida.
Esta doctrina es totalmente falsa y no hay ninguna evidencia que la respalda en ningún lugar del Antiguo o Nuevo Testamento. El pan o la hostia es meramente un símbolo del cuerpo de Cristo y el vino o jugo de uva (dependiendo de la iglesia o la denominación) es meramente un símbolo de la sangre de Cristo.
Los creyentes debemos siempre poner nuestra confianza en la palabra escrita de la Biblia antes que a las doctrinas de hombres, así como se nos confirma en el segundo capítulo de Colosenses.
Si preguntas hoy en día, un porcentaje grande de cristianos en todo el mundo respondería “Sí, creo que estamos en los últimos tiempos.” Esta es una postura que sostengo también. Y si es este el caso, nos corresponde a cada uno de nosotros hacer esa pregunta sencilla lo más frecuentemente que sea posible. ¿Cómo estoy? ¿Mi caminar personal con el Señor está alcanzando sus expectativas? Solamente tú y Él pueden responder a eso pero es algo que debemos tomar muy seriamente porque, después de todo, (Mateo 24:36 – Jesús hablando) “Pero del día y la hora nadie sabe ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.” ¿Quién sabe, quizá pueda ser hoy o mañana o…? Por lo tanto todos debemos estar preparados.
Dios les bendiga a todos en el nombre de Jesús,
Pastor Rance

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