Friday, November 10, 2017

El ayuno dentro de la iglesia. ¿Qué es realmente? ¡Puede sorprenderte!

Queridos amigos y lectores,
El artículo de hoy los sorprenderá y quizá les hará apretar los dientes.  El tema es “el ayuno”, sagrado por muchas generaciones de congregantes. Aun así pienso que muchos dentro de la iglesia probablemente no comprendan en su totalidad el propósito bíblico del ayuno.
¿Ahora tengo su atención?
Primeramente, permítanme ser muy claro. El ayuno de alimentos u otras cosas se ha practicado dentro de la iglesia por muchísimo tiempo y en diversos casos se exhorta a llevarlo a cabo. No discuto esto, sin embargo, como es el caso con muchas otras cosas que Dios instituyó para el bienestar de la humanidad, hay un propósito mucho más grande que rara vez se enseña. Este propósito mucho más grande es muy bíblico y está escrito para ser visto por todos.
Para que nadie vaya a malentender mis intenciones permítanme mencionar varios pasajes en los cuales el pueblo ayunó de alimentos por razones específicas. Jueces 20:26, los israelitas ayunaron y consultaron con Dios antes de ir a la batalla. 1 Samuel 1:3-7, Ana se prepara para orar y adorar. 2 Samuel 12:16, el rey David trata de salvar a su hijo. Esdras 8:23, el pueblo le pide protección a Dios. Nehemías 9:1, el ayuno ligado al arrepentimiento.


De hecho, en el Antiguo Testamento hay numerosos pasajes donde se lleva a cabo el ayuno. Son muy interesantes, búscalos. 1 Samuel 31:13, 1 Crónicas 10:12, 1 Reyes 21:27, 2 Crónicas 20:3, Nehemías 1:4, Ester 4:16, Daniel 6:18, Joel 1:14 y Jonás 3:5-10. Así que sabemos a ciencia cierta que en el Antiguo Testamento el pueblo ayunó por varios motivos y que en muchos casos fue acompañado de la oración. El propósito principal era para que el pueblo se humillara ante Dios y, por medio del rechazo a las necesidades mundanas, se afligiera su alma. Es bueno hacerlo pero, de hecho, en el Antiguo Testamento el ayuno sólo fue específicamente ordenado para el día de la expiación el cual es parte de los grandes días santos del otoño (recién hemos estado en estos días durante septiembre y parte de octubre este año). Debo señalar que en ningún lugar de la Biblia (Antiguo o Nuevo Testamento) Dios establece principios para indicar el tiempo o la naturaleza del ayuno, al menos en cuanto de qué objetos debemos ayunar.
En el Nuevo Testamento se nos dice, casi inmediatamente, que Jesús ayunó durante su estadía de 40 días en el desierto al comenzar su caminar y ministerio en la tierra, en Mateo 4:1-9 y Lucas 4:1-2. Jesús sintió que era necesario ayunar de todo alimento durante este periodo de tiempo para que podamos concluir que el ayunar por las razones correctas ciertamente tiene gran valor. Jesús también enseñó en Mateo 6:16-18 que el ayuno debe hacerse de manera privada, NO públicamente. Enseñó sobre perdonar a los hombres sus deudas y siguió con este mandato, “Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”
Jesús continúa diciéndonos que no nos hagamos tesoros en la tierra sino que hagamos tesoros en el cielo. También podemos concluir, por supuesto, en esta declaración que, aunque el tener “cosas” en este mundo no es problema para la mayoría, el adorar o incluso valorar los bienes materiales más que nuestro compromiso con el Señor es el problema. En otras palabras, cuando ayunamos o incluso cuando hacemos buenas obras para otros, no debemos anunciarlo a los cuatro vientos.
P.D. Sea legal o no, cuando das, ¿lo haces para el Señor? ¿Realmente necesitas una deducción de impuestos? Porque si ese es el caso, ¿acaso no estás recibiendo también una recompensa por dar? Sólo es algo para considerar.


Entiendo perfectamente que muchos cristianos de manera inocente anuncian su ayuno y sus buenas obras. ¿Cuántas veces he escuchado “Estoy ayunando esta semana y voy para los 40 días como Jesús”? o “¿Conoces a esa familia pobre que vive en la siguiente cuadra? ¡Les ayudamos con todas sus necesidades la semana pasada!” Bien, de acuerdo a las palabras de Jesús, cualquier recompensa celestial para el que ayuna no se dará porque ya han recibido su recompensa aquí en la tierra. En segundo lugar, aunque estoy seguro que hay algunas pocas personas en el mundo que han podido cumplir 40 días de ayuno, en toda mi vida ministerial solamente he conocido a un hombre que haya podido lograr eso. Y aunque sinceramente respeto su autodisciplina y compromiso, él se pasaba contándoles a las personas su logro. Con decirles a las personas lo que él había hecho, básicamente lo único que ha logrado es pasar hambre por 40 días. Por cierto, es un muy buen hermano, así que no es una pequeña amonestación. Simplemente hay muchos creyentes que no se percatan de que su ayuno y sus buenas obras deben permanecer siempre en “el lugar secreto”.
NOTA: En cuanto a hacer buenas obras, aconsejo que, debido a que las personas casadas son UNA SOLA CARNE ante el Señor, en mi opinión deben estar al tanto en estas cuestiones y siempre animo a las parejas que hablen sobre estas cosas. ¡NO debe haber secretos en un matrimonio feliz!
Jesús les dijo a sus discípulos que ayunarían DESPUÉS de que Él haya sido llevado de este mundo en Mateo 9:15, así como en Marcos 2:18-20 y Lucas 5:33-39. Básicamente son el mismo mensaje. La iglesia de Antioquía (Hechos 13:1-3) ayunó y oró por el apóstol Pablo y Bernabé antes de despedirse de ellos.
Las iglesias en Galacia ayunaron y oraron en Hechos 14:21-23. Podemos discutir sobre otras ocasiones pero tengo una pregunta para mis lectores.


¿Dónde dice en la Biblia que Dios ha explicado lo que constituye un ayuno? ¿Puedes responder sin investigarlo? De hecho hay un lugar muy específico en la Biblia donde Dios nos dice lo que es un ayuno y esto se encuentra en el Antiguo Testamento en Isaías 58:6-9. Es extremadamente específico.
Mientras que el ayunar junto con la oración, hecho de manera privada, ciertamente tiene valor para el individuo creyente, el tema dominante del ayuno ante los ojos de Dios es algo generalmente diferente. Mientras lees lo siguiente pasajes escritos por Isaías a través de la dirección del Espíritu Santo de Dios, por favor ten en mente el mandato de la GRAN COMISIÓN del Nuevo Testamento porque estas dos áreas sumamente importantes de ambos testamentos se ensamblan casi exactamente pero con objetivos ligeramente distintos. ¿O acaso son diferentes realmente?
En Mateo 28:18-20 Jesús literalmente nos da un mandato qué cumplir e hizo esto justo antes de ascender a sentarse a la mano derecha de nuestro Padre celestial. “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”
Entonces, la pregunta es ¿A quién estaba hablando Jesús exactamente? ¿Únicamente a los pastores y evangelistas? No. Estaba hablando a TODOS los creyentes durante la existencia de la iglesia sin excepción. Como pastor, me gustaría contarte una breve anécdota que me dio convicción cuando me di cuenta de lo que yo mismo estaba haciendo inadvertidamente. Hace mucho tiempo, me estaba preparando para un alcance de gran magnitud en cinco diferentes poblados en otro país. Pasé meses preparando y enseñando a mi grupo misionero lo que estaríamos haciendo, lo cual incluía ir de puerta en puerta para invitar a los pobladores, repartir folletos, evangelizar, enseñar, llamados al altar, trabajar con los pastores locales, ¡infinidad de cosas! Antes de emprender esta vigilia de 21 días, me encontraba exhausto y me tomé un par de días para estar tranquilo para platicar con el Señor y tener mi propio tiempo de oración, etc. ¿Sabes lo que el Señor puso en mi corazón? Yo había hecho mucho esfuerzo (para una buena causa) para ir a “otro lugar” a predicar el evangelio pero durante esos meses había caminado y rozado a literalmente miles de almas perdidas sin pensar en ellas por un segundo, personas que seguramente nunca volvería a ver. Y de hecho, el Señor ciertamente podría alcanzar a estas personas por otros medios pero tuve muchísima convicción. En mi apuro por REALIZAR  la gran comisión, había IGNORADO  la gran comisión. Me recordó de lo que siempre le había dicho a mi propia congregación: Las misiones (en este caso el evangelismo) comienza con el vecino. Por favor ten esto en mente al ver lo que Dios dice sobre el ayuno porque, en mi opinión, el propósito expresado de Dios para el ayuno está muy conectado con la gran comisión.


Isaías 58:6-9 (Recuerda que este es el ÚNICO lugar en toda la Biblia donde Dios define lo que es un ayuno). Dios comienza con una pregunta. “¿NO ES MÁS BIEN EL AYUNO QUE YO ESCOGÍ, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo lo cubras y no te escondas de tu hermano?”
Claramente, mientras el ayuno privado puede ofrecerte beneficios como individuo, Dios define el ayuno como algo totalmente diferente. El define el ayuno como ayudar a otras personas. Retrocedamos un poco. En nuestra sociedad compleja, y a menudo peligrosa, de hoy en día no recomiendo que recojas a indigentes extraños y los lleves a tu casa. Pero cualquiera puede ser voluntario y dar de su tiempo o ayudar de alguna manera en un albergue o iglesia que hace alcance para estas personas u otras que son menos afortunadas que nosotros. Si no puedes apoyar físicamente, lo puedes hacer con finanzas o con la oración.
Aquí va otra historia para ayudar a explicar cómo el ayudar a otros puede considerarse como ayuno. Recuerden que el ayuno no se trata solamente de limitar la ingesta de alimentos. Puede incluir no ver películas por una semana o un mes, usar tu dinero destinado a las vacaciones de este año para ayudar a construir una casa para una familia pobre, donar algo que es importante para ti a alguien que tenga necesidades serias.

Recuerdo claramente (hace casi 30 años) cuando varias mujeres de una iglesia local amablemente llegaron a nuestra base misionera con un montón de ropa usada para los pobres y querían ofrecerse de voluntarias. Estas eran mujeres muy dedicadas con buenas intenciones así que no quise menospreciarlas de ninguna manera. La ropa que trajeron, aunque era bien recibida, tenía como 20 años de antigüedad. Era el tipo de ropa que cuelga en tu armario por años, descolorida y manchada, y que nunca pensarías en ponértelo en el presente. Estas mujeres venían muy bien vestidas; buena ropa, joyería, maquillaje y cabello muy arreglado. No estoy culpando ni criticando. Como es el caso en la mayoría de las bases misioneras, la ropa donada no siempre se encuentra limpia al llegar. Como resultado, el cuarto de ropa usada es una planta procesadora que puede ser de cierto modo “aromático” hasta que todas las piezas sean lavadas y acomodadas.
Con sus buenos deseos de ser voluntarias, estas mujeres inmediatamente rehusaron tocar ropa usada ajena. Entonces se pusieron cómodas para tomarse una taza de café, donas y conversar, para lo cual estaba contento de acompañarlas porque sinceramente las aprecié. Durante la conversación explicaron que todas habían decidido buscar en sus armarios y donar vestidos y otras piezas que ya nunca volverían a usar porque las modas habían cambiado. Entonces una de estas tiernas señoras me hizo la temida pregunta que realmente no deseaba yo responder. “Dinos ¿qué podemos hacer realmente para dar de nosotras y bendecir a alguien más?”
Bueno, yo me he topado con esta situación anteriormente y sabía que al ser honesto con ellas podría ofenderlas fácilmente pero también sabía que tenía que ser sincero con ellas. Mi respuesta fue, “¿Qué tal si van a su casa y sacan el mejor vestido de su armario y lo donan a los pobres?” Cuando damos, la pregunta es ¿estamos dando lo mejor de nosotros a Jesús o lo peor, lo que ya no queremos, los desperdicios?
Mateo 25:35-40 (Jesús hablando) “Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y t cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo HICISTEIS a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.”


¡En el versículo 45 cambia el tono a algo muy diferente! (Así mismo Jesús hablando) “Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.” ¡Ay, no!
Cuando damos ¿damos lo mejor al Señor o lo que venderíamos en una tienda de segunda? No hace falta decir que mi respuesta para estas mujeres fue inaceptable para ellas. De hecho, fue la última vez que me invitaron a tomar café y donas.
Ahora regresemos a Isaías capítulo 58 y comencemos con el versículo 8. Recuerden que este es el ÚNICO lugar en la Biblia donde Dios mismo define lo que Él considera es un ayuno. El contexto que comienza en el versículo 8 es que DESPUÉS QUE HAYAMOS HECHO LOS VERSÍCULOS 6 Y 7, el resultado será lo que describimos a continuación, “Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia. Entonces invocarás, y TE OIRÁ JEHOVÁ; clamarás, y dirá Él: HEME AQUÍ.”
¿Quieres ser una luz verdadera en este mundo? ¿Quieres que la sanidad llegue a ti prontamente? ¿Quieres ser realmente justo delante del Señor? ¿Quieres que el Señor sea tu retaguardia? ¿Quieres sinceramente escuchar la voz del Señor hablándote dentro de ti? Demos otro vistazo a Isaías 58:6-9.
Está muy claro ¿no crees? Mientras que el ayunar de alimentos y bebida claramente es un concepto bíblico cuando se lleva a cabo correctamente, el creador del universo define el ayuno como un servicio a los demás. Un servicio realizado de manera privada para otras personas.

Por definición, como cristianos, lo que hemos acumulado en vida ha sido provisto por el Señor. Frecuentemente ha sido a través de nuestros propios esfuerzos o carrera pero aun eso lo provee Dios. Por lo tanto la pregunta es una sencilla. ¿Cómo es que podemos recibir abundancia del Señor con nuestra mano derecha y vendarla o regresársela como desperdicios con nuestra mano izquierda?
Con el riesgo de vanagloriarme, lo cual no es mi intención, cerraré este artículo con una historia anécdota más. Hace muchos años estaba a cargo de una iglesia y base misionera grandes. La base tenía un almacén de 3,200 metros cuadrados lleno de alimentos, ropa, muebles, utensilios de cocina y suficientes bolas de boliche de segunda como para abastecer los cañones de un ejército pequeño del 1800. Una joven mujer recientemente llegada de una ciudad grande llegó a una librería cristiana local y les dijo que quería donar bastante ropa más nueva y moderna pero no quería donarla a una organización que la pondría en venta. El dueño de la librería le dijo que fuera a ver al pastor Rance porque él era el único en la zona que no aceptaba dinero de los pobres. (NOTA: Personalmente sé de muchos pastores y líderes que siguen esta norma. La razón por la cual quizá no estés enterado es porque este tipo de líderes no pregonan este hecho). Una disculpa por compartir mi propia historia y mis sentimientos al respecto pero es la única forma que se me ocurrió para explicar mi punto. Hasta este día tengo fuertes sentimientos sobre esto.
Entonces llegó ella, donó su ropa y eventualmente llegó a formar parte de nuestro personal como misionera. Se convirtió en mi mejor amiga y con el tiempo en mi querida esposa para toda la vida. Al estar planeando nuestra boda, compartí con ella que el Señor me había dado (años antes) un versículo muy especial para formar los fundamentos de la organización misionera que empezó a través de mi persona. Isaías capítulo 58, versículos 6 y 7. Ella se sorprendió y compartió conmigo que cuando estaba comenzando su caminar cristiano, el Señor le dio versículos “de vida” que fueron Isaías 58:8-11, ¡un seguimiento exacto del mío!
No hay errores o coincidencias donde está el Señor. ¡Él lo tiene todo planeado desde antes de que fuimos concebidos en el vientre de nuestra madre!


Amigos, si ustedes valoran el ayuno, continúen haciéndolo pero háganlo discretamente. Si quieres ayudar a alguien necesitado, hazlo pero de manera privada. Lo más importante que podemos lograr en nuestras vidas son estas cuatro cosas:
1) Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas – y ama a tu prójimo como a ti mismo. Marcos 12:29-31.
2) Has tu mejor esfuerzo por cumplir los mandamientos del Señor, Lucas 6:46.
3) Entender que la definición de Dios del ayuno es el servicio hacia la humanidad, Isaías 58:6-7. Y definitivamente continuar ayunando de alimentos y bebida si te sientes llamado a hacerlo.
4) Mantén en orden tus prioridades. Primero Dios, luego cónyuge e hijos – la familia. Después el trabajo, la carrera. También de manera discreta cuida de aquellos a tu alrededor que tengan necesidad como mejor puedas.
Dios les bendiga a todos este día,
Pastor Rance

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